La vacunación es la única manera verdaderamente eficaz de prevenir la aparición de enfermedades infecciosas muy graves que pueden poner en riesgo la vida de nuestra mascota.

 

Una vacuna es la suspensión en un medio líquido de microorganismos o de antígenos no patógenos, que se administra a un individuo para estimular sus defensas y preservarlo de una determinada enfermedad. El organismo genera una respuesta inmunológica específica en forma de anticuerpo, que se activará en un futuro contacto con el microorganismo y protegerá al animal de la infección. Esta respuesta es tardía, y por ello la vacuna no es útil como tratamiento inmediato, si no como una imprescindible prevención.

 

La vacunación, no debería ser tratada como un pinchazo y nada más. Es muy importante valorar a cada paciente individualmente, comprobar su estado de salud y en función de una decisión veterinaria profesional, decidir si se procede a vacunar al animal, esperar a un momento más oportuno,  o incluso aconsejar protocolos de vacunación específicos para el momento del año, traslados, aptitudes determinadas como la caza...